http://www.youtube.com/watch?v=fdj4fL_ua7Q
http://www.youtube.com/watch?v=j7f25f5N5gc
http://www.youtube.com/watch?v=33M1F3z1DKI
http://www.youtube.com/watch?v=PHX2n_MqXnI&feature=related
Bitácora del Colacho
Bitácora para la asignatura de Géneros Informativos de la carrera de comunicación audiovisual en la Universidad de Burgos. Aquí resumiré el trabajo que he hecho para la asignatura.
miércoles, 23 de mayo de 2012
domingo, 20 de mayo de 2012
Entrevista (fragmento)
Francisco Javier Sancho se presenta
sonriente en la habitación en la que vamos a realizar la entrevista cargado con
algunos álbumes llenos de fotos de la celebración de la fiesta del Colacho. Javier
es uno de los pocos que ha conseguido ser Colacho y Atabalero en esta
celebración llegando incluso a repetir algún otro año. Cuando se acercó admitió
estar muy emocionado ya que nunca le habían hecho una entrevista, y menos de la
fiesta más famosa de su pueblo: Castrillo de Murcia. Hace más de 20 años que ya
no vive en Castrillo de Murcia pero sigue esperando cada año, como un niño, que
llegue el Corpus para tener una buena excusa y decirle a su mujer e hijos que
ese fin de semana lo pasarán en el pueblo.
¿Hasta qué punto está usted relacionado con las fiestas de Castrillo de
Murcia?
Bueno yo he nacido en Castrillo de
Murcia así que formo parte del pueblo desde mis primeros meses de vida. Podría
decirse que la primera vez que tuve algo que ver fue cuando el Colacho me saltó
para limpiarme de pecado y darme la bendición
para librarme de la mala hernia y de los malos espíritus el año de nacer. He
participado en estas fiestas desde niño, y ya las esperaba con mucha ilusión, he
corrido delante del Colacho, me he llevado muchos azotes y aún me los sigo
llevando de vez en cuando. Pero creo que cuando más contento y ligado al pueblo
me he sentido fue cuando me eligieron para ser Colacho y, otro año, para ser Atabalero.
Ser cualquiera de los dos personajes en Castrillo es un honor y yo he sido los
dos personajes y he repetido de alguno algún año. Ahora cada año que voy
intento participar. Normalmente lo hago de cofrade y acompaño al atabalero y al
Colacho durante la procesión o llevo alguna de las grandes banderas aunque
también me gustaría tocar otra vez el atabal ya que ahora se me da peor correr
que cuando era joven.
¿Qué ha significado para usted ser Colacho y además Atabalero en las
fiestas de Castrillo?
Como ya he dicho antes, es un honor
en el pueblo ser cualquiera de estos dos personajes. Además es un orgullo también
poder “dar la bendición” a todos esos bebés tumbados en los colchones. Aún así,
creo que todos los que hemos sido alguna vez Colacho o Atabalero tenemos
guardada esa experiencia como algo especial. A cada uno le afecta en la vida de
una forma, un vecino tuvo el honor de ser Atabalero y montó aquí en Burgos un
bar que se llama “el Atabal”.
¿Los jóvenes del pueblo siguen queriendo ser Colacho y Atabalero o no
muestran interés?
Todos los fines de semana y sobre
todo los puentes, el pueblo tiene niños y jóvenes. Aunque parezca raro, los
chicos han hecho algún grupito de amigos y se juntan en el pueblo para verse y
pasárselo bien. Todavía se ve a niños con las tarrañuelas o con un tambor
imitando tanto al Colacho como al Atabalero y los jóvenes siguen viniendo en la
fiesta. Cualquier joven del pueblo aceptaría ser Colacho o Atabalero con la
misma dignidad que lo hicimos nosotros, incluso hay alguno que se entrena en
atletismo o practica para poder azotar a sus amigos cuando tenga que correr
persiguiéndolos.
¿Se siguen conservando los valores que tenía la fiesta del Colacho cuando
comenzó?
Hoy en día los rituales y toda esa
parte religiosa ha perdido mucho pero no sólo aquí en Castrillo, sino en el
resto de pueblos en general. Se siguen conservando el respeto por la fiesta y
por los ritos que se hacen en ella como el aspecto cristiano, la bendición y el
triunfo del bien frente al mal que representa el Colacho.
Para finalizar, ¿qué le gustaría resaltar sobre esta celebración?
¿Recomendaría visitar el pueblo para ver la fiesta?
Bueno pues yo destacaría todo.
Además de todas las “corridas” del Colacho, que es donde mejor se lo pasan los
jóvenes, durante toda la semana hay entretenimiento para todos los públicos. Se
hacen juegos para los niños y funciones de teatro o torneos de juegos de cartas
para los más mayores además de muchas otras actividades. Además siempre está la
posibilidad de ir al bar del pueblo a tomar algo. También la gente del pueblo
es muy social y, por si fuera poco, el tiempo que suele hacer durante esta
fiesta es excepcional. Claro que recomiendo a todo el que pueda que venga a
disfrutar de la fiesta y que, si tiene niños recién nacidos, que los traiga
para que el Colacho les de la bendición.
Etiquetas:
colacho,
entrevista
Fragmento de artículo: Un pueblo que luce en la noche
Un pueblo que luce en
la noche
Por Alberto Sancho Sánchez
El domingo
siguiente al día del Corpus se celebra en Castrillo de Murcia una fiesta muy
peculiar. El pueblecito de Burgos celebra la fiesta del Colacho: un personaje que
representa al Diablo. Va vestido con un traje de colores vivos, (rojo y
amarillo) y cubierto con una máscara. El Colacho lleva un instrumento de
percusión llamado tarrañuela que se toca con un palo con una cola de caballo
que utiliza para azotar a los jóvenes que juegan a esquivarle. También tiene la
tarea de limpiar de pecado y liberar de los malos espíritus y la mala hernia a
los bebés nacidos ese año saltándolos por encima.
Toda la semana
que precede a este día el pueblo ya tiene mucha actividad pero la noche
anterior hacen un evento único para darle la bienvenida. Un grupo de técnicos
se dedica toda la tarde a llenar el pueblo con todo tipo de cohetes, fuegos
artificiales, bengalas y todo tipo de artículos pirotécnicos para dar un
espectáculo lleno de luz, color y fuego.
Esa noche, con todo el pueblo expectante, por fin comienza la función.
Se apagan las pocas luces que hay en la plaza del ayuntamiento y comienza una
proyección de luces en la fachada de la iglesia. Tras la historia, surge un demonio en la torre de la campana de la iglesia. Enciende una bengala y comienza a salir fuego de sus manos. Instantes después, una horda de demonios aparece de la nada y comienza a encender más bengalas entre el pueblo.
Los jóvenes más valientes les plantan cara y saltan por encima de su fuego y del que brota desde el suelo. Al llegar a la plaza del pueblo, hay mucho más fuego y se hace un círculo para ver a los demonios que siguen asustando a los espectadores antes de volver a dirigirse hacia la iglesia.
Los demonios se
paran, cesa el fuego y comienza de nuevo otro espectáculo audiovisual de luces
y sonido en la fachada de la iglesia para dar paso al Colacho, que surge de la
iglesia tocando las tarrañuelas y acompañado por el sonido del atabal logrando
asustar y espantar a los diablos del pueblo. Así es como dan la bienvenida al
domingo siguiente al día del Corpus. Un espectáculo inolvidable lleno de
colorido y todo un pueblo que luce por la noche y que aún a la mañana siguiente
huele a pólvora.
Comentario editorial: Celebraciones tradicionales
Celebraciones tradicionales
Los pueblos cada vez tienen menos visitas. Antes se iba al pueblo más a menudo pero ahora se va a visitar a algún familiar, en vacaciones algunos días o en las fiestas.
Los pueblos cada vez tienen menos visitas. Antes se iba al pueblo más a menudo pero ahora se va a visitar a algún familiar, en vacaciones algunos días o en las fiestas.
Merece la pena continuar las tradiciones de los pueblos y
visitarlos de vez en cuando. Está bien desconectar de la ciudad y te hace
olvidar la rutina del día a día.
Aunque cada vez haya menos gente en los pueblos, sigue
habiendo algunos con tradiciones y fiestas que persisten y que siguen atrayendo
gente cada año. En Burgos hay pueblos tanto pequeños como grandes, cada uno con
sus fiestas y tradiciones, pero quiero destacar la que se celebra en Castrillo
de Murcia. Es una curiosa tradición que creo que es de las más antiguas, bonitas
y divertidas de España. Se trata de la fiesta del Colacho.
El Colacho es un personaje que representa al Diablo. Todos
los que tengan oportunidad deberían ir a ver esta celebración, que se realiza
todos los años desde 1600, donde el Colacho es el encargado de purificar a
todos los bebés nacidos ese año y de librarles de los malos espíritus y la
“mala hernia”.
Cada año, el domingo siguiente al día del Corpus, se celebra
esta fiesta en la que el pueblo se viste con sus mejores galas. Todas las
calles se adornan con telas blancas y flores y se colocan en el suelo unos
colchones para tumbar a los bebés.
El Colacho, vestido de amarillo, negro y rojo, sale tocando
sus tarrañuelas. Le sigue el Atabalero con su gran bombo llamado Atabal. Entre
estos dos personajes retumba por todo el pueblo una música rítmica y muy
pegadiza que encaja perfectamente en la celebración y anuncia su paso a todo el
mundo.
El cura bendice en una ceremonia los bebés y toma las
ofrendas de cada altar colocado en las calles. Entonces, la representación del
demonio, el Colacho salta por encima de los bebés. Con esto se lleva consigo
todos los males de estos niños y les bendice para que tengan suerte toda la
vida.
Esto es lo más significativo de esta fiesta pero durante
toda la semana hay actividades y salidas en las que el Colacho persigue a todos
los que se atreven a ir delante de la procesión para azotarlos con una gran
cola de caballo. Es una celebración espectacular, divertida y sobre todo
distinta. Hay quien dice que es bárbara y violenta pero no es así. Nunca ha
habido ningún accidente y todo se hace con seguridad. La celebración puede
gustarte o no y respeto todas las opiniones pero sería conveniente que la
vivieras antes. Es una pena que fiestas como estas se puedan llegar a perder. Es
bueno probar sensaciones distintas y es muy divertido correr delante del
Colacho. Lo cierto es que la mayoría de las veces no te vas contento a casa si
no te ha pillado y te ha “sacudido” con su cola de caballo. El Colacho es una
de las fiestas más divertidas y distintas que puedes ver en un pueblo,
normalmente viene acompañada de buen tiempo, cada año viene más gente y muchos
repiten.
Por mi parte, animo a todo el que pueda a participar en la
fiesta, trayendo a sus bebés y disfrutando de unos días en familia.
Blog con fotos del Colacho
Un blog donde hay colgadas fotos sobre la fiesta del Colacho y sobre el pueblo en general.
Blog del Colacho
Blog del Colacho
Reportaje: Demonios y bebés (fragmento)
Demonios y bebés (Alberto Sancho Sánchez)
Tumbados sobre
colchones en el suelo, unos llorando, otros sin saber qué pasa y otros
durmiendo sin darse cuenta del ruido del gran tambor Atabal y los pétalos de
rosa que caen sobre ellos, más de 90 bebés esperan a ser saltados por encima
por el Colacho en Castrillo de Murcia. Este personaje tan peculiar vestido de
negro y amarillo emula al diablo y cada año lo representan dos vecinos del
pueblo, que desde el siglo XVII dan color a una de las fiestas más arraigadas y
famosas de la provincia de Burgos.
Las calles del
pueblo se convierten, como todos los años, en una marea de curiosos y vecinos
que contemplan desde cualquier lugar o terraza al que se pueda acceder una
fiesta declarada de Interés Turístico Nacional que cada año capta nuevos adeptos.
Los diez cofrades
en línea y en el centro, el atabalero con su enorme bombo y sus grandes mazas
para golpearlo atadas a las manos. Los cofrades visten de negro con una capa
que les llega hasta más abajo de las rodillas y un sombrero mientras que el
atabalero no lleva la capa y su sombrero es de copa.
El Atabalero
golpea el Atabal, el Colacho golpea las tarrañuelas, vuelve a sonar el gran
bombo seguido por las tarrañuelas otra vez y así comienza una música peculiar
entre el Atabal y las tarrañuelas que acompaña toda la celebración. En el
momento en que el atabalero comienza a tocar, empieza la procesión por las
calles principales del pueblo con el Colacho a la cabeza. Le siguen el
atabalero y los cofrades y, después, el cura con sus ayudantes y monaguillos
junto con portadores de grandes banderas, un grupo de jóvenes bailarines y el
resto del pueblo que prefiere seguir la procesión a mirar desde los lados de
las calles.
Al fin se ve el
primer colchón con sus cuatro bebés encima y las madres alrededor. El atabalero
deja de tocar y los cofrades hacen dos filas y dejan pasar al cura para que
bendiga a los niños y tome las ofrendas del altar que hay junto a cada uno de
los colchones en silencio. Cuando el cura termina, el Colacho se prepara para saltar. Corre
directamente hacia el colchón y cuando va a pisarlo salta por encima cayendo al
otro lado y dejando intactos a los bebés. En ese momento algunas madres gritan,
suspiran o apartan la mirada para no ver la escena. El Colacho ha conseguido
otra vez saltar el colchón para así “limpiarles de pecado” y que tengan alejado
al Demonio y las enfermedades. Hecho esto, el atabalero vuelve a tocar, las
tarrañuelas le siguen y vuelve a retomarse la procesión haciendo lo mismo en
cada uno de los colchones que encuentran a su paso alrededor de todo el pueblo.
La fiesta
empieza el miércoles después del canto de vísperas y se celebran con intervalos
de una hora las esperadas “corridas”.
Las “corridas”
son procesiones con idéntico recorrido a la del domingo, participan las mismas
personas salvo el cura y sus ayudantes. En ellas el atabalero y el Colacho
tocan la misma música que el domingo, también les siguen los cofrades pero el
resto de personas tiene tres opciones. La primera es seguir la procesión desde
detrás de los cofrades, la segunda consiste en quedarse a los lados de las
calles para ver pasar la procesión y la tercera, la que más riesgo conlleva y
la que suelen hacer los jóvenes y niños, consiste en ir delante del Colacho
insultándole y enfadándole.
Los jóvenes y
niños valientes que se ponen en frente de a insultarle y enfadarle saben que en
cualquier momento puede salir corriendo blandiendo su cola de caballo y azotar
a todos los que consiga alcanzar mientras corre. Durante todo el recorrido el
fingido Diablo amaga y trata de engañar a los jóvenes para pillarlos
desprevenidos y conseguir azotar al mayor número de ellos posible aunque
también puede azotar a aquellos inocentes espectadores que se encuentran
descuidados a los lados de las calles del pueblo. Nunca se sabe cuándo el
Colacho saldrá corriendo para cazarte ni por cuánto tiempo estará
persiguiéndote, pero cuando él quiera se dará la vuelta, echará a correr y te
golpeará para luego, sin darle importancia, volver andando tranquilamente hacia
el atabalero y continuar con su función mientras que todos los que están
delante vuelven a ocupar sus puestos para provocarle de nuevo.
Un vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=fdj4fL_ua7Q
Un vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=fdj4fL_ua7Q
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